La inflación refleja con cuentagotas la atonía del consumo que vive la economía española. El índice de precios al consumo (IPC) moderó su evolución anual por cuarto mes consecutivo en agosto, hasta situarse en el 3%, pero superó una décima lo anticipado por el Instituto Nacional de Estadística a finales de mes. Aun así, es el nivel más bajo en este indicador desde diciembre del año pasado, según los datos que publicó ayer este organismo. El descenso de precios de los carburantes justifica en gran medida la cifra, además de una subida de los alimentos frescos más leve que la del año pasado.
Si se eliminan esos dos elementos más volátiles de la cesta de precios -productos frescos y energéticos-, la inflación subyacente queda en el 1,6%, igual que en julio. En cambio, baja tres décimas el índice armonizado (el homologable con Europa), hasta el 2,7%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de septiembre de 2011