Dentro de poco tiempo todos los españoles nos arrepentiremos amargamente del grado delirante a que han llegado las 17 autonomías o "miniestados", los cuales dibujan un marco caótico y costosísimo que empobrece cada día más el bolsillo de todos los ciudadanos. Ese Estado autonómico solo ha conseguido ahondar las desigualdades sociales y económicas, con el pretexto de salvaguardar unas diferencias enriquecedoras de las regiones españolas y alcanzar el bienestar y la igualdad de todos.
Esta mala y caótica gestión, que ha propiciado también los separatismos decimonónicos dentro de la tan cacareada Unión Europea, ha hecho buena y real la sentencia del gran Josep Pla: "El nacionalismo es como un pedo, solo le gusta al que se lo tira".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de septiembre de 2011