Una vez más han sido los medios de comunicación quienes han obligado a un ministro brasileño, esta vez el de Turismo, Pedro Novais, de 81 años, a presentar la dimisión. Novais es el cuarto miembro del gabinete de Dilma Rousseff forzado a dimitir este año por investigaciones periodisticas que han denunciado corrupción y desvíos de fondos. Los anteriores fueron los titulares de Presidencia, Transportes y Agricultura.
Según el diario Folha de São Paulo, Novais (diputado durante 32 años) pagó con dinero público durante siete años a su empleada doméstica, haciéndola figurar en nómina como asesora del Congreso. Folha ha revelado también que la esposa del ministro tenía a su servicio un chófer que cobraba de la Cámara de Diputados.
La presidenta Dilma Rousseff ha preferido no ser ella quien obligara al ministro a renunciar y pidió al partido de Novais, el Movimiento Democrático de Brasil, que le retirara su confianza, lo que hizo ayer, obligándole a dejar el Gobierno.
El pasado día 7 de septiembre, 20.000 indignados se manifestaron contra la corrupción por primera vez en Brasilia durante el desfile nacional.
Rousseff también apartó en agosto de su gabinete a Nelson Jobim, responsable de Defensa, por discrepancias políticas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de septiembre de 2011