"¿Qué queréis un millón? ¿dos?, los que que sea, vamos, es que se firma inmediatamente (...) pero dadnos la licencia, con la cautela de la fianza, porque lo que queda es mínimo". Uno de los imputados del caso Astapa que ha pasado desapercibido hasta ahora debido al secreto sumarial ha sido José Antonio Arcos Moya, expresidente de Caja Jaén. Según el fiscal Anticorrupción, Valentín Bueno, "sobran indicios" para imputarle una "participación relevante" en los posibles delitos de cohecho y tráfico de influencias, por las maniobras y pagos que rodearon la concesión en 2007 por parte del Ayuntamiento de Estepona de una licencia de primera ocupación para un edificio promovido por la Reserva de Selwo Golf SL, participada por la entidad financiera que Arcos Moya presidía entonces.
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El 26 de septiembre de 2007, los investigadores grabaron una conversación telefónica de Arcos Moya con José Flores, jefe de gabinete del Ayuntamiento esteponero en la que, según las conclusiones policiales, "estaría ofreciendo pagar al Ayuntamiento la cantidad que fuera necesaria para que la licencia se le concediera, cumpliera o no con los requisitos".
Arcos Moya asegura que en esa conversación "habló de depositar una fianza". "Ha habido un sesgo en la transcripción (...) La frase está fuera de contexto", declaró ayer a EL PAÍS. El exdirectivo añadió que "tenía los poderes limitados a lo que dictase el Consejo de Administración" y que, en su tiempo en la caja "nunca" ha firmado un solo talón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de septiembre de 2011