Xavier Trias, alcalde de Barcelona (CiU), se enfrenta a las primeras pancartas en contra de su gestión. Las tiene enfrente de su despacho. Vecinos de la plaza de Sant Miquel, junto al Ayuntamiento, han colgado en sus balcones letreros que dicen "no queremos la estatua", en referencia al monumento a los castellers que allí se construye. A sus quejas se suman ahora la de los negocios aledaños.
"Nos encontramos todas las mañanas meadas y vómitos en las rejas de protección. O echamos dos cubos con agua y lejía o los clientes no se pueden sentar allí", se quejó el encargado de Mi burrito y yo, uno de los restaurantes de la plaza. "Es una vergüenza la imagen que estamos dando a los turistas", dice la encargada del cercano bar de El Paraigua.
El Ayuntamiento comenzó las obras en abril, pero se pararon en junio, poco antes del cambio de gobierno, a petición de Trias. El nuevo alcalde trató de explorar con el artista Antoni Llenas, autor de la torre de 30 metros en honor de los castellers, una ubicación alternativa. Llenas explicó que el diseño fue realizado pensando en ese sitio. Trias terminó por darle la razón al artista y revalidar la ubicación en la plaza.
La obra le cuesta 600.000 euros al Ayuntamiento. "Que lo cancelen definitivamente o lo terminen pronto", pidió el encargado de Mi burrito y yo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de septiembre de 2011