Grandeza sería la palabra adecuada a aplicar al portavoz del PP en el Senado por su reconocimiento al presidente del Gobierno en el último pleno de esa Cámara. Grandeza, de no ser porque en las sesiones de control de estos últimos años, persistentemente, ha sucedido todo lo contrario, un ataque despiadado a Zapatero por parte de García Escudero, imagino que como consecuencia de la estrategia de su partido y de su acatamiento absoluto. Dicha incoherencia en los comportamientos públicos la entenderán ellos, pero los ciudadanos, sin distinción de ideologías, no.
Por tanto, donde se vio grandeza solo hubo cinismo de la peor especie.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de septiembre de 2011