La violonchelista francesa Emmanuelle Bertrand firma un sugerente disco que reúne cuatro páginas para violonchelo solo que suponen un doble desafío, en el plano técnico y en la expresión, por la riqueza de ideas. Abre el programa con la Suite número 3 de Benjamin Britten, una especie de diario íntimo cuya carga emocional corre pareja a la riqueza de su escritura. La otra pieza de resistencia del disco es la asombrosa, y dificilísima, Sonata opus 8 de Zoltán Kodály, cuya simplicidad formal contrasta con el derroche de energía e inventiva técnica. Son piezas que ponen a prueba las cualidades de un solista y que Emmanuelle Bertrand interpreta con fabulosos recursos técnicos y expresivos.
Varios
Le violoncelle parle
Emmanuelle Bertrand
Harmonia Mundi
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de septiembre de 2011