Con un mínimo suministro líquido, regulable por medio de ocho goteros clínicos, el agua cae sobre pastillas electrónicas que envían señales a un ordenador que las transforma en sonidos mágicos. Mediante este juego de azar controlado, el innovador instrumento, llamado acuófono, y su lluvia musical recrea la riqueza polirítmica de la naturaleza, sobre la que se actúa para improvisar fantasías únicas, efímeras e irrepetibles.
Patxi Valera y L. A. R Legido, percusionistas gallegos, observaron que las gotas de la lluvia suenan diferente en función de la superficie sobre la que caigan. El sonido del agua se podrá escuchar cada tarde a partir de las 17 horas de lunes al sábado y con entrada libre, en un escenario único, los pozos de Garrigós de Alicante, con motivo del Festival de Música Contemporánea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de septiembre de 2011