Me parece verdaderamente escandalosa la actitud de todos estos supermillonarios que, recientemente y en diversos países, vienen reclamando que se modifiquen los sistemas tributarios para así pagar ellos más impuestos. La inmensa mayoría de sistemas impositivos ya prevén una progresividad, es decir, que una persona tribute una parte proporcionalmente mayor de sus ingresos cuanto mayores sean estos. Según los países, las tarifas porcentuales de las rentas más altas pueden alcanzar el 50% o más; en España el máximo es actualmente el 43%. Considerando sus ingresos y su riqueza, las cantidades que estos magnates y sus empresas deberían realmente pagar al fisco son, por lo tanto, enormes. Lo que sucede es que, con sus grandes recursos, ya se han preocupado antes ellos mismos de montar estructuras apropiadas para eludir el pago de impuestos. Con grandes medios de abogados y economistas asesores, organizan su patrimonio y sus empresas para minimizar sistemáticamente las cargas fiscales en todos sus negocios.
Por lo tanto, estas declaraciones tan presuntamente generosas me parecen una actitud contradictoria e hipócrita por su parte. Desde mi punto de vista, no es más que una gran pantomima para intentar lavar la mala imagen social que muchos de estos magnates se han forjado a base de estar, frecuentemente, en el origen mismo de los movimientos especulativos que originan muchas de las crisis económicas que sufrimos los demás.
Pero no nos engañan. Señores supermillonarios que dicen que quieren pagar más impuestos: desmonten primero los paraísos fiscales personales que se han creado para ustedes y sus entramados empresariales, paguen simplemente lo que les correspondería, y dejen de hacerse los magnánimos con quienes, sin sus posibilidades, pagamos rigurosamente nuestros impuestos.
No se trata de que paguen más, bastaría con que defraudasen menos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de septiembre de 2011