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Cae una banda que estafó a 20 tiendas de compraventa de oro

Los detenidos ganaron 20.000 euros colocando joyas falsas

El oro es un valor seguro, sobre todo en tiempos de crisis. Salvo que no sea oro de verdad. Los Mossos d'Esquadra han detenido a tres hombres que colocaron multitud de joyas falsificadas en comercios de compraventa de ese metal. Hay una veintena de tiendas afectadas por la estafa, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona. Los detenidos son tres españoles -Daniel G. J., de 30 años; Juan Carlos A. C., de 36, y Marcos C. A., de 34- que obtuvieron alrededor de 20.000 euros en efectivo durante su ruta en pos de los carteles con el anuncio "compro oro".

Los presuntos estafadores se hacían con decenas de unidades de un mismo modelo de anillo, sello o pendiente. Las joyas apenas tenían un ligero baño de oro. Pero los arrestados conocían las flaquezas del negocio de la compraventa a la hora de controlar la autenticidad de las joyas y probaron suerte. La mayoría de las veces la jugada les salió bien.

Los detenidos llegaban con sus anillos, pendientes y sellos de falso oro al establecimiento. Allí, las joyas eran sometidas a un primer filtro de control de autenticidad. El problema es que ese filtro es insuficiente para detectar el engaño. El trabajador se basa solo en la apariencia de las joyas que tiene ante sí y, en general, las da por buenas. Los negocios de compraventa de oro han crecido como la espuma al albur de la crisis, ya que cada vez más personas necesitan dinero rápido y en efectivo para saldar deudas. Los controles no siempre son exigentes. De ahí que, tras esa breve inspección, el comercio diera las joyas por buenas y firmara con los estafadores el contrato de compraventa.

Según los Mossos d'Esquadra, los estafadores de joyas tenían una gran movilidad por el territorio catalán y actuaban en diversas comarcas para eludir la acción de la policía. En ocasiones llegaron a utilizar identidades falsas. Los investigadores consideran que los tres detenidos no actuaron solos. De ahí que el caso no se dé por cerrado, a la espera de que otros presuntos miembros del grupo, que ya han sido identificados, sean arrestados. Algunos de ellos tienen antecedentes por delitos contra el patrimonio.

La estafa funcionó hasta que empezaron a acumularse las denuncias de los propietarios. La unidad de investigación de la comisaría del Garraf siguió el rastro y llegó hasta los detenidos. El débil filtro de los comercios de compraventa no fue suficiente para descubrir el engaño, pero sí el examen exhaustivo de las joyas que se realizaba en la fundición. Tras comprar las joyas, la tienda las revendía a una empresa que se encarga de fundir el oro para fabricar nuevas piezas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de septiembre de 2011