El día 26 entrará en vigor el decreto por el que se crea la Axencia de Infraestruturas, que se deberá ir constituyendo en lo que queda de año. Fue prometida en campaña electoral y ratificada en su investidura por Feijóo argumentando que fusionaría en un solo ente la actual Dirección Xeral de Infraestruturas, la empresa pública que gestiona la autovía Lalín-Ourense (Aceousa) y la Sociedade Pública de Investimentos (SPI). Pero finalmente la agencia solo asumirá las competencias de la dirección general, que dejarán de ser gestionadas por la estructura central del Gobierno. La agencia se limitará a controlar funcionalmente el trabajo de la SPI, que seguirá existiendo como ente independiente porque su supresión habría resultado más cara que su mantenimiento. Aceousa finalmente se integra en la SPI, no en la agencia.
El cambio no reducirá entes y sí conllevará un aumento del personal directivo, que ahora podrá ser contratado a dedo. Tres de las actuales subdirecciones generales de la Consellería de Infraestruturas (Planificación, Seguridade Viaria y Estradas) se trasladan a la agencia y se convierten en cinco "áreas de gestión" que, según los estatutos, "tendrán nivel orgánico de subdirección", como hasta ahora. Así, seguirán funcionando los 11 servicios que antes dependían de tres subdirecciones o del director general. Es decir, habrá más subdirectores para gestionar lo mismo. Las personas al frente de las cinco áreas podrán ser externas a la Administración y su remuneración no tiene por qué ser la equivalente a la de un subdirector.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de septiembre de 2011