Nuestros políticos ya no se atreven a hacer promesas electorales como antaño. Ahora están tan asustados por la crisis y por la opinión que de ellos tenemos los ciudadanos que ya solo anhelan, insinúan o aspiran a hacer cosas por nosotros y por el país, si un día llegaran a gobernar. Rubalcaba, por ejemplo, "propone" un impuesto para los bancos y para los ricos. Por otro lado, González Pons, tan chulo y flamenco él, "aspira" a crear 3,5 millones de empleos en cuatro años. Lo que no entiendo es por qué razón tienen que ser 3,5 millones y no 10, pues, con esta última cifra, acabaríamos con los más de cuatro millones de parados actuales y dejaríamos en reserva el resto, por si las moscas. Total, puestos a aspirar, para qué andar con miserias.
La campaña electoral que se avecina va a ser de lo más interesante. A juzgar por lo que nos van adelantando PSOE y PP, todo indica que van a hacer furor las quimeras, los ensueños y las ilusiones. Yo creo que Rubalcaba y Rajoy van a intentar convencernos de que no solo de pan vive el ciudadano, sino de toda retórica que sale de la boca de los candidatos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de septiembre de 2011