Salvem El Cabanyal lleva edición tras edición de sus Portes Obertes haciendo del arte un medio de lucha y este año no será una excepción. El barrio reconstruye con testimonios de vecinos y las ilustraciones de 40 artistas, una memoria colectiva sepultada. "Fue en El Cabanyal donde pintó Sorolla y escribió Blasco Ibáñez", recordó ayer Vicente Ferrer, de la editorial Media Vaca, que ha recopilado en un cuidado libro de más de 200 páginas todos esos recuerdos.
Las jornadas se inauguran mañana y se prolongarán hasta el 9 de octubre. Benvinguts al Cabanyal -el libro está en valenciano porque es la lengua mayoritaria entre los vecinos- cuenta con la colaboración de conocidos ilustradores como Artur Heras, Lalo Kubala o el artista urbano Escif, entre otros muchos. La portada del libro imita un trencadís.
Al público se abrirán "13 casas más una" de particulares, y en ellas se expondrán las ilustraciones y los textos que las han inspirado. Como en ediciones anteriores, los organizadores han previsto visitas guiadas y un folleto donde aparece un plano del barrio. Emili Martínez, coordinador de Portes Obertes, explicaba su sentido: "Es un plano con el trazado que tenía el barrio en el siglo XVIII, al que hemos superpuesto la parcelación actual". En ese plano se aprecia, por ejemplo, cómo la línea de playa estaba entonces en lo que ahora es la calle de José Benlliure, que en la actualidad está a cientos de metros del mar.
La editorial ha donado un millar de ejemplares del libro a la plataforma ciudadana. El libro, acompañado de la exposición, recorrerá las principales ferias del libro. Begoña Lobo, de Media Vaca, comparó el libro que este año acompaña la 13ª edición de Portes Obertes con un exvoto, una ofrenda que ayuda a mantener el barrio a flote.
Maribel Doménech, portavoz de Salvem El Cabanyal, insistió en que la plataforma, con 13 años de resistencia al plan municipal de abrir una gran avenida por medio del barrio, insistió en que es la propiedad municipal y pública la que más degrada la zona y lamentó que el Consistorio destine tres millones de euros para la compra y posterior derribo de un barrio que es patrimonio de la ciudad. "Estamos abiertos al diálogo pero no vamos a echarnos atrás", dijo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de septiembre de 2011