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Depardieu rentabiliza el incidente que protagonizó en un avión

En un vídeo irónico, el actor aparece vestido de Obélix y pide comer un jabalí

Da igual facturar o no, ir en pasillo o en ventanilla o llegar con jet-lag: el asunto es armar escándalo en un avión. El último caso de un famoso que armó un lío a bordo fue Gérard Depardieu. En agosto el actor orinó en el pasillo de un avión de Air France. Entre gritos de "¡quiero mear, quiero mear!", y después de que una azafata le negara el acceso a los lavabos porque el vuelo iba a despegar, decidió aliviarse delante de todos.

Semanas después del incidente, Depardieu le ha dado la vuelta al asunto: se lo ha tomado a broma y lo ha rentabilizado. Inmerso en la promoción de su película, Astérix y Obélix al servicio de su majestad, recrea lo ocurrido en un irónico vídeo. En el papel del galo gordinflón y sentado junto a su compañero Astérix, esta vez el asunto no es la urgencia de orinar, sino de comerse un jabalí.

El líder de green day se quedó en 2008 en tierra por no subirse los pantalones

Lo más sorprendente de su actuación aérea del verano es que el actor no fue sancionado. Lo habitual, en caso de lío, suele ser que el pasajero sea expulsado del avión y se le imponga una multa. Que se lo digan a Melendi, que en 2007 por su culpa un vuelo de Iberia que se dirigía a México tuvo que regresar a España. El piloto no quiso llevarle entre el pasaje, ya que el cantante asturiano había tomado más de una copa. Acabó en los juzgados. Otro que también ha tenido problemas es el gaitero Hevia. A causa de "alterar el orden a bordo al increpar e insultar a la tripulación", el piloto de un vuelo de Air Nostrum entre Nápoles y Madrid, en el que viajaba a finales de julio, le denunció nada más aterrizar.

Estos comportamientos se repiten cada vez más. En 2008, el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial alertó del auge del síndrome de la rabia aérea, que sufren pasajeros con miedo a volar o que acumulan estrés por la falta de espacio, los controles o la prohibición de fumar. En ocasiones su conducta se torna violenta, algo que el alcohol acentúa.

Tener problemas entre nubes no es nuevo. En 1998, Cathay Pacific prohibió de por vida a Liam Gallagher (vocalista de Oasis) a viajar en sus aviones debido a su mal comportamiento. En abril pasado, Justin Bieber fue regañado por el personal de Qantas en un viaje a Australia. El joven cantante no quiso abrocharse el cinturón de su asiento de business, para ir a charlar con sus acompañantes, que estaban en turista.

A la que no le gusta ir con menores es a Ivana Trump. En un vuelo en 2009, la empresaria y exmodelo le gritó a un grupo de niños que armaban escándalo. El avión tuvo que regresar desde la terminal y fue expulsada de la nave. Aunque para malos humos, los de la modelo Naomi Campbell. En 2008 fue esposada y sacada de un vuelo de British Airways por su mal comportamiento. Hay otros que por menos tampoco acaban el viaje. Billie Joe Armstrong, cantante de Green Day, fue regañado por una azafata de Southwest Airlines por no querer subirse del todo sus pantalones. "¿No tiene otra cosa mejor que hacer?", le respondió. Pues se tuvo que quedar en tierra.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de septiembre de 2011