Una victoria trabajada, casi agónica, permitió a Michael Laudrup recuperar algo de crédito en su hora más crítica como entrenador del Mallorca. El mal inicio liguero (con tres derrotas seguidas y un gol a favor) y el enfrentamiento abierto del danés con el director deportivo y máximo accionista, Llorenç Serra Ferrer, habían colocado al técnico en una situación límite, tanto que una derrota ante la Real habría supuesto su destitución.
El conjunto donostiarra se adelantó a los 14 minutos con una vaselina de Agirretxe sobre la salida tardía de Aouate. La ventaja adormeció a la Real: poco después Casadesús se revolvió dentro del área, sorprendiendo a Bravo con un disparo seco. El Chori Castro terminó de decidir la contienda armando la zurda desde la frontal tras un córner. El Mallorca lo celebró como si fuera el gol decisivo de una final, mientras la Real lamentaba sus tres remates al larguero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de septiembre de 2011