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Crítica:CLÁSICA

Mozart y su reflejo

El concierto giró alrededor de Mozart y puede ser considerado el vestigio atrofiado y jibarizado -crisis obliga- del fenecido Festival Mozart que tradicionalmente inauguraba la temporada de la OBC.

El asunto, siguiendo la tradición del antiguo Festival Mozart, se puso en manos de un director invitado, en este caso Giovanni Antonini, especializado en interpretación con criterios históricos, que pudiera aportar a la orquesta una nueva y enriquecedora mirada sobre la música de aquel siglo.

El programa se centraba en Mozart como sujeto, con dos obras del compositor de Salzburgo, el Concierto para piano núm. 15 K.450 y la Sinfonía núm. 40 K.550, y en Mozart como reflejo con dos obras más, las Variaciones sobre 'La ci darem la mano' para piano y orquesta de Chopin y las Variaciones sobre la 'Follia di Spagna' de Antonio Salieri, una pieza que no toca para nada a Mozart, pero que es de un autor que la posteridad ha vinculado tanto a Mozart que solo existe como reflejo del otro.

ORQUESTRA SIMFÒNICA DE BARCELONA I NACIONAL DE CATALUNYA

Nelson Goerner, piano. Giovanni Antonini, director. Obras de Salieri, Mozart y Chopin. Auditori. Barcelona, 23 de septiembre

Mozart volvió a ganar por goleada. Algo parecido pasó con las piezas para piano; las Variaciones de Chopin presentan una orquestación sin genio, frente al exquisito equilibrio entre solista y orquesta que ofrece el Concierto para piano núm. 15. Antonini consiguió como principal mérito que la OBC no sonara como una orquesta sinfónica pequeñita o amputada, sino con un genuino sonido camerístico con claridad en cada una de las partes y con una textura diáfana y clara que permitía seguir y gozar de las voces intermedias. Su lectura de las obras, sin embargo, resultó algo convencional.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de septiembre de 2011