En un mundo donde la democracia toma formas aparentes, cosméticas, pero vacías de su contenido esencial, los medios deben pelear por trasladar un panorama visual e informativo a la población. La sucesión de Putin por sí mismo es uno más de los juegos de trilero que vamos a presenciar mientras muchos se llenan la boca con la palabra democracia. Pero nuestro entendimiento cede a las tentaciones fáciles. Andamos distraídos mirando para otro lado. Las fotos de Rihanna o Scarlett Johansson robadas de sus móviles sirven para acercarnos sus tetas y culos verdaderos frente a los retocados pastiches de las revistas, pero suena disonante la forma en que se publican y propagan. Por un lado se admite la crítica al robo de su privacidad, como si fuera una noticia de sucesos ante la que indignarse, pero por otro a los medios le vence la promoción del aquí la tienes, cliquea para verla más grande, opina en nuestro foro.
El comunicado de los presos de ETA o el avance hacia un Estado palestino en la ONU carecen de la imagen poderosa que dispare similar curiosidad. No hay un culo frente al espejo ni un pezón con pendiente de aro. Hay solo un montón de vidas implicadas en que aquello salga bien. Y uno no puede dejar de divertirse con la incapacidad de los medios para lograr que la gente se conmocione, se implique y lo convierta en asunto de extremo interés.
El paso que los presos de ETA acaban de dar es un enorme. Tendría que ser la pieza que pusiera a arder las tan pomposamente promocionadas redes sociales. El esfuerzo estriba en hacer entender la profundidad del momento, que la gente se asome y se sienta estimulada. En cuanto al Estado palestino, qué lejos quedan las imágenes de la ONU en la nerviosa tensión de otros tiempos, cuando ese foro era un espacio mitológico en nuestra imaginería. Ha perdido presencia, como la misma institución se ha desgastado por su funcionamiento atrancado, entre vetos, jerarquías y componendas. Son dos instantes irrepetibles, que merecen un hueco en nuestra memoria de ciudadanos, por más que en la era de los ombligos desnudos, la epidermis, la piel, las superficies se lleven la mejor atención de nuestros mecanismos informativos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de septiembre de 2011