A la ministra de Economía, Elena Salgado, las compensaciones millonarias directivos de Novacaixagalicia le parecen "inadmisibles". A la consejera socialista en la entidad, Mar Barcón, se le antojan graves hasta el punto de llevarla a dimitir. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, defensor a ultranza de la gestión de Caixanova, considera, sin embargo, que es pronto para emitir juicios de valor. "Sería muy bueno que tuviéramos el plano sobre la forma en que se indemnizó a todos los cargos de todos los bancos, cajas de ahorros y empresas que recibieron subvenciones públicas. Hay que saberlo para poder emitir una opinión sólida de quienes abusaron y quiénes no", declaró ayer el regidor vigués del PSOE.
Esa fue prácticamente la única referencia a las compensaciones a los directivos de NCG que hizo ayer el alcalde vigués, que participó en un desayuno informativo organizado por Europa Press y que todavía el mes pasado elogiaba a José Luis Pego por llevar la fusión de las cajas "de forma excepcional". Caballero admitió de forma genérica que "hubo y sigue habiendo abusos", pero no fue más allá.
Sí se explayó en los ataques al presidente de la Xunta, al que acusó de "acabar en 20 meses con 150 años de brillantez". Su apuesta por que la fusión la encabezase Caixanova fue "el mal menor", dijo, tras asegurar que la alternativa del Sistema Institucional de Protección entre varias cajas españolas habría permitido a la entidad viguesa sobrevivir.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de octubre de 2011