Estaba cansada de gruñir en mi casa delante de la televisión -"¡Qué mal está todo!"- cuando conocí un grupo en mi barrio que se reúne una vez a la semana para debatir sobre los temas que nos preocupan a todos. También tratamos temas que nos afectan de forma más directa porque son problemas del vecindario. Y como hablando se entiende la gente, pero no basta, hemos pasado a la acción y se está organizando un banco del tiempo (en el que intercambiamos servicios: yo cuido a la niña de mi vecina cuando tiene que ir a un recado, la peluquera me peina para ir a una boda, a la peluquera otro vecino le arregla la cisterna...); un mercado de trueque (yo aporto una camisa y me llevo un jarrón para mi salón); unos talleres en el parque para disfrutar de un ocio no consumista con pequeños y los que no lo son tanto; un huerto donde los mayores aportan sus conocimientos que adquirieron cuando vivían en sus pueblos y los niños ven cómo sale una sandía prácticamente de la nada ... Hemos descubierto que si dejamos el sillón solo delante de la tele, salimos a la calle, nos relacionamos y nos organizamos, somos capaces de casi todo. Este grupo está formado por la Asamblea de mi barrio del 15-M.
A los miembros de un grupo así Esperanza Aguirre los llama, entre otras cosas, "camorristas". La RAE dice que su significado es: "Que fácilmente y por causas leves arma camorras y pendencias". O no se ha informado de lo que el 15-M hace, o no conoce el significado de camorrista, o falta a la verdad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de octubre de 2011