Grecia sigue afrontando cada vez más problemas financieros. Asistimos a la noticia de que la llamada troika anuncia en su informe que Grecia sigue insistiendo en quedarse en ruinas pues a juicio de estos, no ha efectuado las reformas necesarias.
Yorgos Papandreu ya no sabe qué hacer. Si bien cuenta con un apoyo parlamentario suficientemente estable, no es a la Cámara legislativa a la que se tiene que enfrentar, sino a los miles y miles de conciudadanos que se alzan en huelgas, manifestaciones y concentraciones prácticamente a diario y que piden su cabeza. Emprender reformas más severas, como se le pide desde los organismos internacionales que forman la troika, puede dar lugar a una mayor desestabilización del país heleno que ya se encuentra fuertemente fracturado y que no ha podido lograr mantener la cohesión social.
Los datos de los Presupuestos presentados por el Ministerio de Finanzas griego demuestran que no han sido capaces de alcanzar los objetivos comprometidos de déficit y deuda pública. Los vecinos europeos cada vez se muestran más pesimistas en salvar a Grecia, mientras que responsables políticos como Angela Merkel y Nicolas Sarkozy se reúnen con el fin de liderar el salvoconducto de Grecia y sus finanzas.
¿Conseguirán movilizar a Europa, una vez más, para garantizar los intereses financieros de Grecia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de octubre de 2011