Un tren de Renfe con 51 pasajeros que cubría el trayecto entre Barcelona y Cerbère descarriló ayer a las 17.30 a unos 200 metros de la estación de Vilamalla (Alt Empordà) sin que hubiera heridos de gravedad, según la compañía y los Mossos d'Esquadra. Solo un pasajero requirió atención médica por un golpe en la zona cervical, por lo que fue trasladado al hospital de Figueres.
El primer vagón fue el que, por causas que se están investigando, se salió de la vía. Renfe habilitó 23 autobuses para suplir el servicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de octubre de 2011