Fueron 41 millones de kilos de uva, una meta nunca lograda en la vendimia de Rías Baixas. La denominación de origen dio ayer por concluida la campaña tras prolongarse durante un mes, lo que ayudó a la maduración. "Hemos cubierto las expectativas, tanto en calidad como en cantidad", apuntaban ayer desde el Consejo Regulador.
Una primavera muy cálida y seca, con temperaturas elevadas permitió una buena floración, con índices elevados de fertilidad. El inicio de otoño casi veraniego dejó que los 6.618 viticultores esperasen el tiempo necesario para que la uva cogiese grado. Un total de 179 bodegas han agotado su capacidad de almacenaje. Ayudados por 76 técnicos de la Consellería do Medio Rural, junto a cinco veedores pertenecientes al Órgano de Control y Certificación, supervisaron la entrada de la fruta en las bodegas.
La variedad albariño fue la de mayor producción, con 40 millones kilos, el 95,8% del total. Le siguen la loureira y la treixadura, con 488.920 y 488.103 kilos respectivamente, en variedades blancas. La subzona del Salnés fue, como viene siendo habitual, la de mayor producción.
En esta campaña también se dejaron notar las protestas de los productores. La última, convocada por Unións Agrarias a finales del mes pasado, denunció ante el Consello Regulador que las bodegas han dejado a los viticultores colgados con miles de kilos y que los precios se han hundido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de octubre de 2011