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CARTAS AL DIRECTOR

Franco se queda

Parece ser que Franco se queda. Y lo peor es que las reivindicaciones de los familiares para recuperar los restos de sus allegados, depositados en sitios no deseados, también se quedan. Se quedan archivadas. Hace unos días ya adelantó el PP que, si gana las elecciones, tiene la intención de volver a ofrecer al turismo la visita al Valle de los Caídos. La aparente justificación es, cómo no, la crisis. Se recuperarán, dicen, 500.000 visitas turísticas al año, que aumentarán el negocio de bares, comercios y restaurantes, del cercano municipio de San Lorenzo de El Escorial. A cambio, muchos españoles tendríamos que seguir avergonzándonos de la exhibición de un faraónico monumento, construido por presos políticos para ensalzar una de las más negras etapas de nuestra historia y que además conserva los restos del dictador Francisco Franco.

Los Gobiernos socialistas, pudiendo utilizar el posible consenso de otras fuerzas parlamentarias, y recogiendo las reivindicaciones de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, no han sido capaces de evitar situaciones tan rocambolescas como la que se puede dar: que los restos de ciudadanos defensores de la Segunda República, fusilados por el Ejército franquista, y que están amontonados junto a los "muertos por Dios y por la Patria", estén en la misma basílica donde está depositado el cuerpo del que firmó las sentencias. Y que todo esto se pretenda presentar como tema de interés turístico es, sencillamente, vergonzoso.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de octubre de 2011