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CARTAS AL DIRECTOR

El voto en blanco y la Ley Electoral

Collado Villalba, Madrid

Si un partido político gobierna con mayoría absoluta, no teniendo como mínimo el 51% de los votos, sino que con algo más del 40% le vale, no es por el voto en blanco, es porque en la mal llamada modélica Transición se pactó aplicar en las elecciones la Ley de D'Hondt, perversa entre las perversas. Y si los partidos lo pactaron, habrá que decir a estos partidos que no estamos de acuerdo, que no nos gusta la Ley Electoral en general, que queremos que se cambie.

Y para ello no hay nada mejor que votar en blanco porque les decimos que queremos participar, que hemos luchado por tener elecciones libres y por eso votamos, que no nos quedamos en casa para que otros decidan. Pero ellos -en especial quienes se benefician de esta Ley Electoral, los partidos mayoritarios y nacionalistas- no nos representan a quienes votamos en blanco. Que cambien la Ley Electoral, que se aplique el principio de proporcionalidad; que verdaderamente sea cada persona, un voto; que no valga más un voto que otro, dependiendo de dónde se esté empadronado; que tengamos listas abiertas, que se acabe el bipartidismo; que los ciudadanos realmente podamos elegir con nuestro voto a nuestros representantes.

Entonces tal vez no haya votos en blanco. Por cierto, aumentan en cada cita electoral y nada o poco se dice de ellos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de octubre de 2011