Y no lo expreso así debido a no creer en el Partido Popular, no, sencillamente pienso que el PP no es la solución de España. Para muestra, hay que repasar las comunidades en las que "manda", muy alejado de "gobernarlas" y muy en contra de la generalizada opinión.
Un ejemplo lo escenifica mi amada tierra valenciana, la cual se encuentra ocupando "el pelotón de los torpes" de las demás autonomías. La demagogia de sus gobernantes basa su desastre en paro, deuda pública y pobreza privada, en los cerca de 4.000 millones de euros que el Gobierno central nos debe según censo demográfico.
Aceptando como cierta la demanda, ¿qué ocurre con la deuda de los 18.000 millones restantes? Estos vienen asfixiando y hundiendo a la pequeña y mediana empresa, cuyos resultados de gestión y empleo dependen de las disímiles Administraciones públicas.
Esta es la triste realidad del PP, en una comunidad que comanda con mayoría absoluta y despótico gobierno desde hace más de tres lustros. Pensemos en una mayoría absoluta a nivel nacional y saquemos conclusiones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de octubre de 2011