El juicio por el incendio de la residencia San Lorenzo de Brindis, en Massamagrell, en el que murieron cinco internos discapacitados psíquicos en el año 2006, concluyó ayer con un acuerdo entre las partes. Tres de los cinco acusados, el director, el médico y el hijo del dueño del establecimiento, aceptaron una pena de 18 meses de cárcel, pero al carecer de antecedentes penales no llegarán a ingresar en prisión. El dueño de la residencia fue condenado a pagar una multa de 540 euros. Una enfermera, acusada por familiares de los fallecidos pero no por el fiscal, fue absuelta.
El ministerio público había solicitado en principio una pena de siete años y medio contra cuatro de los acusados por cinco homicidios imprudentes, así como el pago de una indemnización de 120.000 euros para los herederos de las víctimas. El acuerdo le llevó a rebajar la petición de pena de cárcel, pero en la sentencia de conformidad se mantiene el pago de la indemnización.
El siniestro tuvo lugar el 28 de junio de 2006. Los acusados habían acordado que cuando los enfermos se encontraran en la enfermería de la residencia y no estuviera con ellos ninguna persona, se debía cerrar con llave la puerta, que unía la enfermería con el pasillo. Un fallo eléctrico en el colchón antiescaras de uno de los pacientes, que se encontraba atado de pies y manos por haber tenido una crisis ese día, provocó el fuego.
Las condenas, dictadas después de que el juicio se suspendiera tres veces, incluyeron la atenuante de dilaciones indebidas y reparación del daño.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de octubre de 2011