"El PP ganará seguro, ya no hace falta que les voten". Más claro imposible. Fue el argumento definitivo que utilizó ayer Josep Antoni Duran Lleida para intentar convencer a los empresarios tarraconenses de que solo Convergència i Unió puede defender sus intereses en el Congreso. Antes lo había intentado enumerando las bondades del concierto económico que reclaman los nacionalistas y alertando de que proyectos como el corredor mediterráneo ferroviario quedarán en nada con una mayoría absoluta del PP.
Lo tenía complicado ayer el líder democristiano. Le tocó saltar al ruedo en el mismo foro en el que minutos antes había participado Mariano Rajoy, organizado por la fundación Gresol en El Vendrell (Baix Penedès). Durante una comida y en apenas hora y media Rajoy tuvo tiempo de prometer a los empresarios un ambicioso plan de adelgazamiento de la Administración y de la burocracia, una ley de apoyo a los emprendedores y medidas para que los bancos abran el grifo crediticio. Eso, además de la promesa de eliminar el recientemente reinstaurado impuesto de patrimonio, una derogación que según fuentes del PP sería ya en 2012.
El Partido Popular quiere eliminar ya el año que viene la tasa de patrimonio
Rajoy repitió ante los emprendedores catalanes sus tesis sobre cuáles son las prioridades económicas para superar la crisis y destacó que se debe culminar "en meses" la reestructuración del sistema financiero para que las entidades de crédito tengan un tamaño "razonable".
El líder del PP también instó a suavizar cualquier mensaje alarmista sobre la capacidad de España para afrontar sus deudas. Sin reparar en que dirigentes de su partido han abonado este mensaje en el pasado, Rajoy aseguró: "No es aceptable que se ponga en tela de juicio que el Tesoro español no puede pagar. Esto afectaría a nuestro futuro, nuestras empresas y nuestro bienestar". Al mismo tiempo, reforzó su perfil más europeísta pidiendo que se ayude a quien "no pueda hacer los deberes" y garantizando que ve futuro a la moneda común: "creo en Europa y en el euro".
Como hace cada vez que acude a un acto en Cataluña, y en un intento de aplacar el voto anti-PP de esta comunidad que tanto daño ha hecho a sus aspiraciones en el pasado, Rajoy prometió gobernar con mano tendida. "Escucharé a todos y hablaré con todos". Eso sí, no adoptó ningún compromiso respecto a la nueva financiación autonómica que pide el Gobierno catalán en la línea del concierto económico. Tampoco se comprometió a dar prioridad al corredor mediterráneo.
Fue aquí donde se agarró Josep Antoni Duran para seducir a los empresarios. "En Madrid CiU será el único lobby en favor del corredor mediterráneo y tendremos que luchar contra el lobby de Esperanza Aguirre y Javier Arenas, que apostarán por el corredor ferroviario central".
Duran también insistió en poner al mismo nivel a PP y PSOE para convencer a los empresarios. Acusó a ambos partidos de "obstaculizar" la reforma de la negociación colectiva por "miedo" a los sindicatos. "Los sindicatos son necesarios, pero por encima está la continuidad de nuestras empresas", remachó entre miradas de aprobación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de octubre de 2011