Cuando la comedia Carcajada salvaje, de Christopher Durang, se dio a conocer en España hace dos décadas, era buena. Ahora lo es más. Paradójicamente su autor, sin saberlo, la acerca de manera más rotunda a las soledades, neurosis y obsesiones de los que habitamos hoy nuestra sociedad occidental. Ya entonces la protagonizaba Charo López (con Abel Vitón) y ahora es de nuevo esta gran actriz -también mucho más cuajada para el papel, para el personaje- quien la aborda llena de registros e inteligencia, compartiendo escenario con un Javier Gurruchaga comedido y muy actor, como tantas veces ha sabido serlo en cine y teatro.
La dirección de Josep Costa, sencilla y eficaz, ha sabido exprimir con acierto esa capacidad de Durang de hacer añicos nuestro entorno para demostrarnos la hipocresía y las insuficiencias de nuestra sociedad. Y todo ello sin renunciar a un humor entrañable, dentro de una farsa casi surrealista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de octubre de 2011