La Consellería de Medio Rural dio ayer por extinguido el incendio que afectó al municipio de Ribeira de Piquín, en la montaña lucense y que, según el balance oficial, arrasó 310 hectáreas, 250 de ellas de arbolado. Con la llegada de las lluvias, el fuego ha desaparecido de los montes gallegos. Pese a todo, durante el fin de semana Medio Rural contabilizó otros seis más, aparte del de Piquín, uno en Lugo y cinco en Ourense, que en total calcinaron unas 320 hectáreas. El balance del peor otoño que se recuerda en los montes gallegos es de 1.942 fuegos desde principios de octubre, con más de 23.000 hectáreas arrasadas.
Frente a las duras críticas de la oposición, el conselleiro de Medio Ambiente e Infraestruturas, Agustín Hernández, salió ayer en Lugo en defensa de la gestión que el Gobierno autónomo ha hecho de esta crisis. "El número de fuegos y las hectáreas quemadas fueron menores que los años pasados. Por lo tanto, creo que la gestión de la Xunta de Galicia se puede calificar de eficaz". Hernández fue incluso más lejos al añadir: "Es la mejor gestión de todas las comunidades autónomas".
El conselleiro restó importancia a los daños ocasionados por las fuertes lluvias del fin de semana. "Hubo problemas puntuales y no generalizados", explicó Hernández, quien con todo pidió "extremar las precauciones, porque las primeras lluvias del invierno tienen afecciones más importantes". Para la pasada madrugada había alerta naranja en la costa de Pontevedra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de octubre de 2011