La historia de Netflix está cambiando con rapidez. El videoclub electrónico ha recibido un serio revés en Wall Street, hasta el punto de perder más de un tercio de su valor bursátil en una jornada. El motivo del batacazo es la desbandada de clientes que sufrió el distribuidor de contenido digital durante el tercer trimestre tras subir el precio del abono.
Netflix perdió 800.000 clientes en solo tres meses y ha anticipado que la cosa no se quedará ahí. La salida de usuarios es mayor de lo que esperaban en el parqué, donde no convenció que los ingresos de la compañía subieran un 46%, hasta los 822 millones de dólares, y un 62% el beneficio. Esas ganancias se convertirán en pérdidas a comienzos de 2012, cuando inicie la expansión por Europa.
Los resultados de Netflix muestran que su modelo de negocio cojea y no es capaz de generar el efectivo necesario para alimentar el servicio. Eso explica por qué la dirección optó el pasado verano por modificar su política de precios. Y esta revuelta de accionistas y abonados sucede mientras crece la competencia de servicios similares, como el de Hulu, Amazon y Apple.
Netflix cuenta en la actualidad con 23,79 millones de abonados en EE UU, a los que hay que sumar 1,48 millones internacionales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2011