El mundo universitario vive momentos convulsos. Si hace poco EL PAÍS se refería a la producción científica de las universidades españolas o mencionaba el rotundo fracaso de estas en los rankings internacionales, la cuestión que centra el actual debate son los Presupuestos. La solución reside en adoptar medidas que dinamicen el mundo universitario español. Por ejemplo, urge una reforma del sistema de contratación y hacerlo más transparente, para evitar la endogamia y permitir la creación de grupos de investigación integrados por expertos de otros centros. Asimismo, debe otorgarse a las universidades una mayor, si no completa, autonomía. También debe potenciarse la empleabilidad de los alumnos mientras estudian a través de dos objetivos. Primero, una presencia mucho más sólida del sector privado en las universidades, por medio de ferias trimestrales sobre empleo. El objetivo debería de ser que los alumnos acumulasen experiencia laboral antes de acabar sus estudios, a imagen de las tradicionales internships (prácticas) que hacen los estudiantes británicos durante el verano.
Segundo, deben impulsarse las actividades extracurriculares del alumnado, por medio de sociedades y talleres de trabajo.
Estas medidas no tendrían coste alguno, pero ayudarían a transformar la Universidad y a dinamizarla. La solución a los problemas no solo pasa por los recortes, sino por tomar medidas valientes y dejar ya de eludir la realidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2011