Un complejo entramado de 300 empresas sirvió para regularizar de forma fraudulenta a un millar de ciudadanos chinos a través de falsos contratos de trabajo. Por ello, los Mossos d'Esquadra, junto con el Cuerpo Nacional de Policía, han detenido a 46 personas.
La investigación arrancó en marzo de 2010. Un año antes, en la operación en Mataró contra talleres textiles ilegales, la policía obtuvo las primeras pistas que les condujeron a un español, Florencio A. H., y a un chino, Lungfent Q. Ambos son los supuestos cabecillas que ofrecían contratos ilegales a través de una gestoría de Barcelona a cambio de entre 3.000 y 12.000 euros.
Por debajo, cinco personas gestionaban el papeleo que requerían los contratos y se encargaban de empadronar a los ciudadanos chinos en domicilios falsos para tramitar los permisos de trabajo. Los 39 detenidos restantes ejercían de testaferros de las empresas. La policía calcula que la organización ha podido ganar unos seis millones de euros. Los acusados se encuentran en libertad con cargos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de octubre de 2011