Umberto Bossi es conocido por liderar la Liga Norte,
el partido italiano xenófobo del que ahora depende el futuro del Gobierno de Silvio Berlusconi y buena parte de la suerte de una Europa agobiada por la crisis financiera. No hay que descartar, sin embargo, que acabe pasando a la historia, no se sabe si con mayúscula o con minúscula, por
haber descubierto la cuadratura del círculo. No como geómetra, sino como político. Y es que Umberto Bossi ha conseguido aquello con lo que siempre han soñado los políticos, y no tanto los geómetras, salvo que sean, además, políticos, que es estar
al mismo tiempo en
el Gobierno y en la oposición. Bossi y sus diputados llegan al Parlamento de Roma y, entonces, son Gobierno, esto es, forman un círculo. Pero viajan
al norte del Italia y, entonces, son oposición, esto es, se convierten en cuadrado. Comparando las crónicas parlamentarias con las que cubren los mítines de la Liga Norte, el fenómeno se produce tantas veces como sus dirigentes vayan al Parlamento y regresen a su feudo. Allí son círculo y aquí, cuadrado.
Lo que nadie esperaba, sin embargo, es que, enfrentándose a una oposición que antes estuvo en el Gobierno, como es la de Gianfranco Fini, la
Liga Norte pudiera convertirse en círculo y en cuadrado a la vez. La trifulca, cuyas imágenes han dado
la vuelta al mundo, empezó cuando Fini acusó a la mujer de Bossi de haberse jubilado a los 39 años justo cuando, en el Parlamento de Roma, se discutía la reforma de las pensiones. Los diputados de la Liga Norte la emprendieron a bofetadas con los del partido de Fini, quizá porque no pudieron decidir sobre la marcha si eran Gobierno u oposición, círculo
o cuadrado.
En estos días no es solo Italia, sino Europa entera, la que está pendiente de si el Bossi que se impondrá en el agitado Parlamento de Roma
es el político o el geómetra. Si se impone el primer Bossi, e Italia no hace sus deberes económicos, Europa pasará un mal trago. Lo contrario sucederá si
se impone el segundo Bossi. Aunque, pensando en la integridad física de
los diputados de Gianfranco Fini, lo mejor que puede suceder es que no se impongan los dos Bossi al mismo tiempo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de octubre de 2011