Castellar-L'Oliverar, una pedanía de Valencia que en la práctica reúne las características de un pequeño pueblo, compartió ayer el duelo por el triple homicidio del viernes. Centenares de vecinos se congregaron en la parroquia de Nuestra Señora de Lepanto con motivo del funeral de Carmen Navarro, de 80 años, una de las fallecidas. La asistencia desbordó la capacidad de la iglesia y los ciudadanos ocuparon, formando corros, la plaza de Castellar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de noviembre de 2011