Las autoridades hondureñas arrestaron ayer a 176 oficiales de la policía acusados de haber participado en actividades delictivas como secuestros, extorsiones y narcotráfico. "Sospechamos que (los detenidos) están aliados con bandas dedicadas a secuestros, drogas y extorsiones", dijo un portavoz de la Secretaría de Seguridad.
El presidente del país centroamericano, Porfirio Lobo, reafirmó su determinación en sacar a las "manzanas podridas" que hay en la Policía Nacional. Los oficiales detenidos pertenecen a ocho comisarías de Tegucigalpa, la capital. El ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, aseguró que gradualmente serán depuradas "todas las estaciones de la policía en el territorio nacional".
Esta iniciativa sigue a un escándalo surgido a raíz de que altos mandos policiales dejaran libres a cuatro agentes sospechosos de haber asesinado, con un tiro en la cabeza, a dos universitarios en Tegucigalpa el 22 de octubre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de noviembre de 2011