"Queda menos tiempo, pero no menos peligro", recordó ayer la ministra de Defensa, Carme Chacón, a las tropas españolas en Herat (Afganistán), adonde se desplazó para repatriar el cuerpo del sargento primero Joaquín Moya Espejo, de 35 años, fallecido el domingo en un ataque talibán. La ministra aludía a los planes de repliegue en Afganistán, que está previsto empiece en 2012.
Los restos mortales del sargento Moya, la víctima mortal número 97 de la misión, que arrancó en 2002, llegaron ayer por la tarde a la base de Torrejón (Madrid), donde se celebró un breve responso y se entregó a la viuda, también militar y miembro de la misma unidad que su marido, la bandera que cubría el féretro y la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo, concedida al sargento primero por muerte en acción violenta en acto de servicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de noviembre de 2011