Leo en EL PAÍS que el Gobierno valenciano que presidía Camps abonó al arquitecto Santiago Calatrava 15 millones de euros por un proyecto compuesto de planos y maquetas de unos edificios muy altos y de color blanco que nunca se construirán. No puedo menos que compartir y alegrarme con todos los valencianos por la suerte que han tenido, ya que dicha cifra podría haberse duplicado, triplicado o incluso elevado al cubo con la misma responsibilidad del otorgante: ninguna. Enhorabuena.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de noviembre de 2011