Italia quiere. Italia puede. Recuperar la confianza de la Europa que ayudó a fundar. Volver a sentirse orgullosa. Ayudar al vuelo y no al naufragio. Arreglar sus cuentas y también ser solidaria. Se acabó la juerga y el escándalo. Es hora de trabajar. En apenas unos minutos, sin una concesión al espectáculo y sí a la buena educación, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y el hombre a quien ha encomendado formar Gobierno, el excomisario europeo Mario Monti, se dirigieron a los italianos y a la comunidad internacional para decirles que son conscientes de la gravedad del momento, pero también de la fuerza de Italia para recuperarse a sí misma. Aunque con reservas, la mayoría de los partidos se comprometieron a apoyar un Ejecutivo de consenso.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de noviembre de 2011