El coste de la vida cayó una décima el pasado mes de octubre en EE UU, lo que dio un pequeño respiro a un consumidor que se lo piensa antes comprar en la actual coyuntura económica. Eso permitió reducir la tasa anual de inflación al 3,5%, frente al 3,9% de septiembre, cuando los precios subieron tres décimas. Relajamiento que se combina con un aumento del 0,3% de los salarios.
Gran parte de la caída se debe al descenso del 3,1% en el coste de la gasolina. Los alimentos subieron solo una décima. Si se excluyen estos dos elementos volátiles del índice general, la inflación subyacente subió una décima en el mes y elevó la anual al 2,1%. Es un nivel que sigue dando margen a la Reserva Federal para mantener los tipos cerca del 0%.
El banco central de EE UU augura en sus últimas proyecciones que la inflación subyacente se mantendrá en este nivel durante los próximos tres años. Pero hay miembros que piensan que la actual estrategia monetaria plantea un riesgo. Y a la vez que se publicaba el IPC, el precio del barril de petróleo en EE UU vuelve a superar los 100 dólares y se coloca a nivel de junio.
Por otro lado, también se publicó el dato de producción industrial de octubre, que subió siete décimas en otro pequeño signo de que la recuperación gana tracción si se compara con la caída de una décima el mes precedente. El terremoto en Japón y el alza del precio de la energía en verano afectó meses atrás la capacidad de producción en EE UU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de noviembre de 2011