La Guardia Civil ha detenido en Málaga a cinco miembros de una familia inglesa que supuestamente extrajeron 156.700 litros de gasoil del oleoducto que llega a la capital malagueña. Los arrestados, que según el instituto armado pretendían revender ilegalmente el combustible, utilizaron métodos "artesanales de fontanería" para hacerse con el carburante y causaron una fuga de gasoil que provocó daños en una "amplia zona rural".
El pasado 5 de octubre, la empresa que gestiona el oleoducto detectó una sensible bajada de presión en la tubería y dio parte a la Guardia Civil. Las investigaciones del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) permitieron saber que el grupo había arrendado la finca de la barriada de Campanillas (Málaga) por donde pasa la gran tubería de gasoil y que se había instalado un dispositivo ilegal de extracción en ese tramo. Una vez subsanada de urgencia la fuga se puso en marcha un dispositivo para detener a los responsables. El supuesto cabecilla del grupo fue arrestado en el interior de la finca mientras manipulaba el dispositivo de extracción. El resto de la familia fue detenida en distintos municipios del valle del Guadalhorce el pasado 8 de noviembre.
La operación policial, bautizada con el nombre de Rudolf, descubrió que los supuestos ladrones habían adquirido, además del sistema casero de extracción, recipientes de distintas capacidades para trasvasar el combustible y medios de transporte para su futura venta ilegal, supuestamente por la zona de Málaga.
Los arrestados están imputados por defraudación de hidrocarburos y estragos. Se trata del primer caso de robo en oleoducto que se produce en Andalucía. La Guardia Civil no descarta que detrás de este grupo haya una organización criminal de mayor entidad que financie y coordine esta actuación delictiva.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de noviembre de 2011