Durante unas horas, un gigantesco gasero de 288 metros de largo y 121.597 toneladas, perdió el rumbo y navegó de forma errática frente a las costas coruñesas. El buque, sin carga en sus bodegas, zarpó de Ferrol el lunes a primera hora para realizar una pruebas marítimas después de 10 días amarrado en los astilleros Navantia para renovar su chapa.
A las cuatro de la tarde, los técnicos detectaron una avería en popa, concretamente en el tubo del cojinete del buque, y tuvieron que prescindir de la propulsión para evitar el recalentamiento de la maquinaria. El gasero, de 2006 y con pabellón noruego, quedó a la deriva en medio de un fuerte temporal. Dos remolcadores, que inicialmente planeaban fondearlo en Ares, tuvieron que desistir por las pésimas condiciones meteorológicas. El gasero, que ayer trató de acercarse otra vez a puerto, dio media vuelta y se alejó varias millas. La naviera pretende remolcarlo de nuevo a Ferrol, adonde está previsto que regrese manaña.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de noviembre de 2011