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CARTAS AL DIRECTOR

Impasibles ante la desigualdad

La igualdad de derechos es fundamental en nuestra sociedad para que todas las personas tengan acceso a los recursos disponibles, pero esto no siempre se cumple. ¿Cuántas veces hemos ido a locales, comercios u otros establecimientos que no están adaptados para personas con movilidad reducida? ¿Cuántos semáforos no tienen aviso sonoro para facilitar el paso a las personas con visión reducida? Seguramente ni siquiera nos hemos fijado, está claro que no atendemos a lo que no nos afecta directamente. ¿Pero qué pasaría si fuéramos nosotros los que no pudiéramos comprar la ropa donde quisiéramos o no pudiéramos tomar una copa con los amigos por no poder acceder al local? Y lo que es peor, ¿qué pasaría si siempre tuviéramos que acceder por las puertas traseras de los locales, destacando así nuestra discapacidad? Cierto es que solo el que padece estas situaciones humillantes sabe lo que se siente, pero sería bueno que todos hiciéramos una pequeña reflexión, ya que nadie queda exento de parecer cualquier tipo de diversidad funcional que reduciría las facilidades que actualmente no valoramos. Por eso no hay que permanecer impasibles ante este tipo de discriminación y no hay que olvidar que no existe discapacidad, sino sociedades discapacitadoras.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de noviembre de 2011