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CARTAS AL DIRECTOR

Servicios públicos

Profesor de educación secundaria

Sobre el uso que nuestros políticos y dirigentes hacen de los servicios públicos, observo que muchos de ellos, como nuestro Rey, la señora Aguirre o el señor Rubalcaba utilizaron recientemente la sanidad pública para tratar sus enfermedades. Me temo que no por convencimiento, sino debido a una exigencia de los ciudadanos de que lo que nos ofrecen como bueno para los demás, también sea bueno para ellos. La opinión pública criticaría que se fueran a sanar a clínicas privadísimas.

En esta misma línea, y dando un paso más allá, ¿por qué la educación pública queda fuera de la exigencia de una oferta de calidad para todos? ¿Por qué se mantienen y amplían los privilegios educativos para una reducida élite? ¿Por qué prácticamente todos los hijos e hijas de nuestros políticos estudian en colegios privados y concertados de élite? Los privilegios educativos propios del siglo pasado se mantienen y financian con dinero público. ¿Se debería exigir moralmente a los gestores de lo público que también sean usuarios de los servicios educativos que gestionan?

La mayoría de políticos han sido educados en colegios privados y han perpetuado este sistema de educación desigual. No es lógico que la educación pública, que cuenta con los mejores profesionales y más medios, sea degradada, deteriorada y denostada. La educación pública no es más cara que la concertada, pero los usuarios de la pública no tienen que realizar ninguna aportación extra o "repago".

¡Enhorabuena, Soraya por tu maternidad! Deseo que tu hijo Iván, al igual que el resto de nuestros hijos, pueda disfrutar de una educación de excelente calidad y para todos igual.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de diciembre de 2011