Europa convulsa
Italia abrió ayer la puerta del sacrificio. Lo anunció el primer ministro, el tecnócrata Mario Monti, después de aprobar una serie de duras medidas de ajuste que, en su parte más dolorosa, afectarán a los derechos adquiridos de los pensionistas. Tan dolorosa que, al anunciarla, la ministra del Trabajo, Elsa Fornero, reconoció un "dolor psicológico" que la llevó a romper en llanto.
Los socialdemócratas alemanes (SPD) inauguraron ayer su congreso federal con una doble arenga europeísta. Los delegados del SPD aplaudieron con entusiasmo al excanciller federal Helmut Schmidt. El político nonagenario, muy popular en Alemania, advirtió de que "la confianza en la política alemana está dañada" por los desequilibrios comerciales a su favor en el seno de la Unión Monetaria.
Estados Unidos clama desde hace meses por una solución urgente de la crisis de la deuda soberana en Europa, por su efecto lastre en la recuperación. Muestra de esta preocupación, la Administración de Barack Obama manda hacia Europa a su hombre en el Tesoro, Timothy Geithner, único superviviente del equipo económico con el que el demócrata arrancó su mandato.
El partido gubernamental Rusia Unida (RU) se balanceaba en torno al 50% de los votos a la una de la madrugada (hora peninsular española), cuando la Comisión Electoral Central había completado más del 75% del escrutinio de las elecciones legislativas celebradas ayer.
Siempre que los países latinoamericanos se reunían, lo hacían con la presencia de alguna potencia extrarregional. En las cumbres iberoamericanas, con España y Portugal. En las de las Américas o en la Organización de Estados Americanos (OEA), con EE UU y Canadá, y sin Cuba.