Está claro que algo funciona mal en la organización de la economía mundial. Es absolutamente irracional, demencial, incomprensible (pongan el adjetivo que les parezca adecuado) que una agencia de calificación sea capaz de hacer temblar, con un simple anuncio, a toda la Unión Europea. El último comunicado de Standard & Poor's, amenazando con bajar la calificación a 15 Estados soberanos, en vísperas de una cumbre europea, en un ejercicio de prepotencia intolerable, ha sembrado un pánico generalizado en los mercados, los Estados -amenazados o no-, la propia Unión Europea y, en definitiva, entre los sufridos ciudadanos. ¡Y todo eso parece normal! El que un anuncio de este tipo de una empresa privada sea capaz de producir este maremoto económico nos indica que el entramado financiero, no es que tenga pies de barro, los tiene gaseosos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de diciembre de 2011