Langenscheidt se ha propuesto que aprendamos a cuidar el entorno. Su cebo es un perro, Mucki, que debe hacer frente a problemas y, de paso, ofrecer actividades y experimentos. En este caso Mucki acude en socorro de una avefría desplomada sobre el asfalto. Con este pretexto el niño dibuja el plumaje, mejora su agudeza visual, aprende qué es una placa solar y hasta los puntos cardinales.
Mucki y el príncipe Pío
Trinidad Andrés Labrador
Ilustraciones de Kim Amate
Langenscheidt. Madrid, 2011
48 páginas. 8,90 euros
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de diciembre de 2011