Mientras la Generalitat valenciana hace de la necesidad virtud y revisa el modelo de gestión de sus proyectos estratégicos, otros gestores públicos valencianos se aferran a la política de fastos e inversiones que tan buenos réditos dio en épocas de bonanza.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, aprovechó el viaje esta semana a Londres con el Valencia, que jugó frente al Chelsea en la Champions, para verse con el patrón de la fórmula 1, Bernie Ecclestone. Ayer reconoció en declaraciones a los periodistas que cenó con él, aunque matizó que fue un encuentro más privado más que otra cosa y que el tono de la reunión fue de "cercanía y amistad". Barberá pidió al patrón de la F-1 que se implique con más proyectos en la ciudad. Hablaron de la gestión del campeonato pero, según la regidora, no se puso sobre la mesa ningún nombre.
La alcaldesa se entrevistó, según contó, con dos grupos de inversores que están interesados en la capital valenciana. Como es su costumbre, la regidora no dio detalles ni ofreció nombres porque cualquier cosa que diga al respecto "puede estropear" las negociaciones, aclaró.
Barberá ha sido junto al expresidente de la Generalitat Francisco Camps la gran abanderada de los eventos deportivos. De ambos partió la operación para convertir Valencia en capital de la Copa del América en 2007. La regidora ha presumido más de una vez de su amistad con Ernesto Bertarelli, patrón del equipo suizo Alinghi. Igual que con Ecclestone, que al poco de las elecciones autonómicas y locales de 2007 vinculó la celebración del campeonato de fórmula 1 en Valencia a la victoria del PP en aquella convocatoria. Otro de los proyectos en los que se ha interesado Barberá es en la creación de un parque temático de Ferrari.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de diciembre de 2011