La Cámara vasca aprobó ayer, por tercer año consecutivo, la congelación de los sueldos y las dietas de los parlamentarios, así como del resto de personal, al igual que las subvenciones a los distintos grupos políticos. La decisión se adoptó por mayoría, con la única abstención de Aralar.
El presupuesto del Legislativo se reducirá el próximo año en casi un 3%, el triple que en 2011, hasta los poco más de 33 millones de euros. La mayor disminución será la del área de Presidencia, que con apenas medio millón, verá limitada a la mitad su dotación económica. En este sentido, se reducirán las campañas publicitarias y la organización de actos institucionales. También sufrirán una importante merma las partidas destinadas a telecomunicaciones (45%), los programas institucionales (41%) y las inversiones (24%).
La reducción de las cuentas no interferirá en el desarrollo normal de la actividad parlamentaria, cuyo funcionamiento "está plenamente garantizado", según confirmaron ayer desde la Cámara en un comunicado. La confección del presupuesto, de hecho, se enmarca en la política de austeridad impulsada desde las instituciones para hacer frente a la crisis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de diciembre de 2011