El constructor granadino José Ávila Rojas ha sido condenado a tres años y medio de prisión por estafa continuada por vender tres viviendas de una promoción en Marbella (Málaga) a sabiendas de que estas no podrían ser ocupadas ya que la promoción, pese a estar construida, carecía de licencia de obra y permiso de primera ocupación. Según informó ayer el periódico La Opinión de Málaga, Ávila Rojas, procesado también en el caso Malaya de corrupción, deberá devolver a los compradores de los apartamentos las cantidades que pagaron en concepto de entrada, en torno a 67.000 euros cada uno.
La sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Málaga relata que Ávila Rojas levantó la urbanización del Carril del Relojero -64 viviendas, garajes, trasteros y locales- sin los preceptivos permisos. En abril de 2003, el Ayuntamiento, gobernado entonces por el Grupo Independiente Liberal, otorgó una licencia de obra inicial condicionada, que fue recurrida por la Junta de Andalucía, que logró su anulación en los tribunales.
El constructor hizo caso omiso y continuó la promoción tras presentar una reforma del proyecto. Sin embargo, el Ayuntamiento volvió a denegar el permiso para llevar a cabo los trabajos. La obra se terminó el 9 de junio de 2005.
Al carecer de licencia de obras, el Ayuntamiento no podía otorgar la licencia de primera ocupación de los inmuebles. Los tres compradores denunciantes firmaron el contrato privado con Naviro Inmobiliaria -la empresa de Ávila Rojas- en agosto de 2004, y la empresa no les informó de las dificultades administrativas que atravesaba.
Cuando estalló el caso Malaya, en marzo de 2006, y los compradores supieron que las viviendas carecían de permiso de ocupación, trataron de que la empresa les devolviera el dinero con sus correspondientes intereses como estaba estipulado en el contrato. Naviro rechazó esta pretensión al entender que la licencia estaba concedida por silencio administrativo. Fue entonces cuando los compradores pusieron la denuncia que ha terminado con la condena del promotor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de diciembre de 2011