El arquitecto Alfredo Sirvent rehabilitó un edificio en el casco antiguo de Vigo ganando espacio en la azotea para la zona de vida de una vivienda. El inmueble, de 200 metros cuadrados y cuatro plantas, quedó dividido en tres usos. En la planta baja hay un comercio, la primera sirve de estudio de arquitectura y en la segunda y la tercera se encuentra la vivienda. El piso dialoga -con su nueva cubierta de zinc- con los tejados vecinos. El dúplex, de 90 metros cuadrados, alberga dos dormitorios y un baño en el piso bajo, para alcanzar el sol y las vistas en la zona diurna ubicada en la última planta del edificio. Bajo la nueva cubierta, salón, comedor y cocina suman sus metros y ocupan una planta diáfana. La zona de vida se percibe como un espacio amplio y luminoso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de diciembre de 2011